La ermita de San Bartolomé fue construida en el siglo XII, es decir, en la misma época aproximadamente que la fundación del pueblo. Se puede decir, por tanto, que el pueblo es tan viejo como la ermita y viceversa.
La ermita, de estilo gótico temprano, es un sencillo edificio de tapial y ladrillo, donde destacan unos potentes contrafuertes de piedra. En el interior se encontraba un valioso retablo gótico del siglo XV, que recientemente fue trasladado a la iglesia de la Virgen del Rosario, aunque preside el altar mayor una réplica exacta del mismo.